jueves, 4 de septiembre de 2014

UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN: EL TIO BEN


por Serafín Núñez

Con la temporada más que concluida y las miras puestas en lo que se nos avecina en apenas un mes, el tiempo libre del que carezco durante la temporada me hace tener momentos para la reflexión personal, deportiva e incluso para pararme a no solo pensarlo, si no también escribirlo para así, algún día que pierda el norte, que el stress me pueda o que simplemente me falle a mi mismo o peor aún, a los que están a mi alrededor, pueda volver a leer estas líneas que en un momento concreto plasmé y volver a sentir lo que tanto como persona y como entrenador soy.

No soy de esos que se rigen por refranes, que sean seguidoras de ciertas frases hechas ni de principios ya establecidos por alguien, pero si es verdad que hace ya muchos años, en 2002 y teniendo tan solo 17 años, escuche con mis amigos una frase viendo la película de Spiderman, la cual me pareció muy interesante, sencilla pero clara, la frase decía:

"Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad"

Ésta la dijo "el tío Ben" a Peter Parker antes de morir, y marcó la vida del protagonista, haciéndole ver que ese poder no le hacía más que nadie, que era una pieza más del puzle, quizás algo distinto al resto pero tan solo con una oportunidad distinta que otros no tendrían, una tremenda responsabilidad.

Con los años me he ido interesando y profundizando en ciertos temas, pero sobre todo en la educación y sin duda en el baloncesto. un día curioseando por la red empecé a buscar datos sobre esta frase, descubriendo cual era su verdadero origen. La frase la dijo Franklin D.Roosvelt, el cual el 11 de Abril de 1945 se dirigió al pueblo americano con un discurso que quedará en la historia por tratarse de su último mensaje a la ciudadanía tan solo dos días antes de morir. Dicho discurso contenía la citada frase, y éste decía lo siguiente:

"Hoy hemos aprendido en la agonía de la guerra que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Ya no podemos escapar de las consecuencias de la agresión alemana y japonesa del mismo modo que podríamos evitar las consecuencias de los ataques de los corsarios berberiscos un siglo y medio antes. Nosotros, como estadounidenses, no elegimos negar nuestra responsabilidad."
  
Cada uno puede entender la frase del "Tío Ben" como quiera entenderla , llevársela a su terreno y moldearla en las diferentes vertientes de su vida, pero personalmente, a mi esta frase me inspira y me da mucho que pensar como persona, pero de lo que trata en este caso, es de lo que me inspira como entrenador de Baloncesto, como formador deportivo.

Vemos en todas las categorías y también en todos los deportes entrenadores que están pero no están, que son pero no son, es decir, entrenadores totalmente apáticos que van entrenan y se marchan a su casa o con sus amigos, con una implicación que se limita a cobrar los 150 o 200 euros mensuales, son muchos los motivos, desde la juventud de unos, la falta de amor por el deporte que están enseñando de otros o incluso grandes entrenadores venidos a menos que consideran que estar en la cantera y no en la élite que es donde ellos creen que es su sitio es un castigo o un drama... motivos hay muchos, pero consecuencias son casi siempre las mismas, el aburrimiento a corto y medio plazo de sus deportistas, la desidia y falta de esfuerzo en los entrenamientos y en muchos casos el abandono de la actividad deportiva, algo letal para los niños y niñas, ya que el deporte, y más en edades tempranas pueden marcar sus hábitos de vida, siendo el deporte fuente de salud.

Por otro lado también estamos cansados de ver entrenadores que enseñan cualquier recurso técnico o táctico en categorías de formación con el único fin de conseguir una liga o un campeonato. Esto es otro problema tan grave como la comentada apatía de ciertos entrenadores ya que los deportistas, las jugadoras de baloncesto, no se cansan del deporte, ganan alguna que otra copa y se encuentran contentas en su grupo y con su entrenador, independientemente de la calidad que éste tenga como formador , pero no estamos siendo responsable con el "poder" que tenemos , ya que esa titulitis a medio plazo, capará la progresión de nuestros jugadores, por ejemplo, si hablamos de benjamines y alevines que trabajan para ganar con (lo que he podido ver este año) defensas zonales camufladas en benjamines, bloqueos directos para sacar ventajas incapaces de hacerlo con desde el manejo de balón, cambios o salidas, presiones zonales sin dominar defensas del 1x1... entonces tenemos que tener claro que esos equipos al ya comentado medio plazo, en la categoría infantil (por ejemplo) serán equipos competitivos pero que dependerán entre otros factores del físico y que a un plazo más largo, cadetes o juveniles, serán equipos mediocres como consecuencia de esos entrenamientos benjamines y alevines orientados a ganar tal copa o ese ansiado campeonato que quizás no nos merecíamos...

Frente a esto, puedo decir que he tenido la suerte de haberme formado a nivel personal y de entrenador con grandes personas, comenzando en mi primera etapa en mi colegio de toda la vida y siguiendo en ésta segunda en la que ahora me veo inmerso y en la que ya llevo 7 años , formación complementada por tantos y tantos entrenadores a los que he podido observar, aprender para coger muchas cosas e incluirlas en mi "libreta de entrenador y de vida" y otras para aprenderlas, asimilarlas y a veces tirarlas a "mi papelera" ya que ahora no me son de utilidad pero quizás algún día pueda agacharme a recoger ese papel que hoy considero inútil pero que mañana puede ser un principio básico para mí; en este camino de formación y responsabilidad de transmisión no puedo olvidarme de la formación complementaria que me ha dado el trato con los padres y madres, los cuales no solo te enseñan de la vida, de sus experiencias, sino que también te aportan como entrenador y sobre todo como formador, ayudándote entre otras cosas a entender a sus hijos, motivo principal de todo, las jugadoras, sin duda la pieza clave de todo entrenador, nuestro motor, de las que más he aprendido, causa y consecuencia de toda esa responsabilidad y poder del que hablamos y de las que aprendo cada día.

En este camino, en los últimos años he convivido con un amigo, una persona que siempre ha estado a mi lado en cada momento deportivo, que me ha enseñado mucho, un amigo que tiene a su lado a una personita, su hijo de 5 añitos, el cual tiene un ídolo que no soy yo, es Spiderman, pero que me hace tener presente la frase del Tío Ben, me recuerda que como entrenador tenemos no solo un gran poder, si no una gran responsabilidad, teniendo muy presente que no podemos dar talento, pero sí  destruirlo, que tenemos el poder de formar personas y jugadoras y que es parte importante y nuestra responsabilidad que éstas no se queden en el camino por nuestros fallos , incompetencia o cualquier motivo que nos desoriente.

Por último y para cerrar esta pequeña auto reflexión, he de centrarme en 2 pilares básicos para mí, las piernas de mi baloncesto, que son la educación deportiva y la formación deportiva. Por un lado considero que debo transmitir una serie de valores de vida a través de este deporte, como son el compromiso, sacrificio, cohesión y la humildad como conceptos claves entre otros muchos... y por otro, considero que junto a esos valores que el deporte puede aportar jugador, debemos como entrenadores ser el complemento perfecto para su evolución, siendo capaces de llevarlos al máximo nivel de auto exigencia, al tope de lo que pueda dar técnica, táctica y físicamente ya que la exigencia no está reñida con la diversión, educación o trato, de manera que, si cumplo estas premisas como entrenador estaré siendo responsable con ese poder que un día alguien nos dio al darnos un equipo de formación, con la confianza que los padres nos conceden al dejar la educación de sus hijas en nuestras manos y sobre todo, fiel a mis principios demostrando que ese poder, para mi no es una responsabilidad, si no un orgullo.